lunes, 5 de mayo de 2008

Desde A Gudiña

Sigo con el Albergue de Santiago y Anita.
En el Albergue hay una habitación con chimenea. Santiago me dice que si quiero encenderla , que él tiene que salir y no le da tiempo. Le digo que es lo que más me gusta en el mundo y me contesta: haz un buen fuego, que salgan las llamas por arriba. No llegaron a salir, pero armé una buena fogata, con troncos de roble un poco húmedos que chisporreteaban fuerte, dando más gracia al asunto.
Después de la cena, muy buena y muy rica (Macarrones y carne adobada), Santiago me llama a un lado y me dice: "sin que se enteren los alemanes, salir a la calle que os voy a llevar a dar una vuelta".
Salimos, nos sube en su coche, y nos lleva a la Escuela de los Borricos. Bueno él la llamó así . Es una granja donde pretenden conservar y mejorar la raza de borricos de Zamora. Hay muchos.Como es de noche, no puedo contarlos todos, pero los llamo, acuden cuatro o cinco, y me lamen la mano todos al tiempo. Son guapísimos, con unas orejas muy grandes y peludas.
Después nos lleva a su bodega. Como las de León, empieza en una pequeña habitacióna arrimada al monte, y desde allí se escavan las diferentes dependencias de la bodega.
Al fondo tienen unos respiraderos, que como dan a la parte alta del monte, tienen más de seis metros. El conjunto es espectacular. Como es natural, probamos sus vinos, y hablamos de Blas, de sus burros, y del Camino. Llegamos al albergue depués de las once y media. A acostarse sin luz y sin hacer ruido. En los Albergues de peregrinos se cierra la puerta y se apagan las luces a las diez. Pero los pecados, con con la bendición del hospitalero, y de Santiago (seguro que nos la dió), no son pecados. Una velada inolvidable.

La salida al día siguiente es muy fría. El termómetro de Gerard marca dos grados, y todo el suelo está blanco con la escarcha. El cielo azul radiante, sin una nube.
Durante unos kilómetros, el Camino va a entre choperas, a pocos metros del río , que es muy ancho y humea. Todo él parece que hierve. El paisaje ha cambiado.

Después del desayuno en Olleros de Tera aparecen un montón de peregrinos. Son los vascos que empezaron el Camino Mozárabe en Málaga el Jueves Santo de hace dos años. Cada fin de semana largo, cogen un autobús se vienen al Camino y hacen 3 ó 4 etapas. Yo había hablado muchas veces con Jose Javier, para darle información del Camino por Málaga y Córdoba, y les ayudamos
a encontrar alojamiento. Pues allí estaba José Javier, que quiere vernos a los malagueños por el Camino del Norte para devolver la ayuda.

En Rionegro, cena con Pierre, que ha reaparecido, el irani y un matrimonio francés, nuevo en la Plaza.. Les enseño la Canción del Peregrino, la cantamos, y el francés invita a orujo. A la cama, que son las diez.

El camino a Palacios de Sanabria es parecido al de ayer. Menos frío. Al final vuelven a aparecer trozos con mucho barro y mucha agua, pero se psaan sin dificultad. Los que hicieran este tramo hace cuatro días, que dejó de llover, sí que tuvieron que pasarlo con dificultades.

En Montbuey, el paisaje y las casan empiezan a parecerse a Galicia. Incluso la gente ya habla con el acento y algunos modismos gallegos.

Sanabria, con muchos turistas, y con todo preparado para el turismo, pero están a punto de cargarse el pueblo.
Dormimos en Palacios de Sanabria en una casa particular. Señora acogedora y buena cocinera, con la que charlamos un buen rato, hsta que llegan unos pescadores, con tres truchas de tres o cuatro kilos. No son gente muy sociable y nosotros nos vamos a la cama.

Seguimos hacia Requejo. Los pueblos estos días están más animados. Muchos emigrantes han aprovechado el puente para visitar su tierra. Se ve que muchos han restaurado y mejorado sus casas, pero aparte de de las ventanas de aluminio, siguen usando la piedra y no parece que hayan deteriorado demasiado el aspecto de los pueblos, como en la Alpujarra.

Desde Requejo empieza la subida al Portillo de La Canda. Caminamos entre robles, aquí les empiezan a salir las hojas estos dïas, y arriba, toda la ladera del mosnte está morada, cubierta de brezo que está florecido. Se oyen muchos pájaros, pero sobre todo se oye el agua. Cae por todas partesen forma de riachuelos, y también pequeñas cascadas. El suelo, vuelve a estar encharcado y embarrado, pero se anda bién.

En Lubián otra sorpresa. Uno muy alto pregunta por mí. Es un australiano que fué a la Asociación a pedir información. Me enseña los papeles que yo publiqué en Internet, y me da las gracias, porque, dice, le han sido muy útiles. Yo me puse muy orgulloso y muy contento. Me parece que ya somosseis, los que estamos haciendo el Camino desde Málaga al mismo tiempo.

No cabemos todos en la mesa del albergue, así que Gerard y yo aceptamos la invitación de una paisana que tiene una casa rural, y cenamos en su jardín. Luego fuimos a tomar café juntos, pero los del bar, un poco bordes, cierran a las nueve. Han ganado bastante dinero estos días con los turistas.

Hoy hemos llegado a La Gudiña. Es un pueblo muy grande, que no he visitado todavía porque quería poner al día el Blog.

Mañana más.

3 comentarios:

sylvia dijo...

Guau... ha merecido la pena esperar tanto.. qué crónica tan estupenda.Buen camino, peregrinos.

dc dijo...

Querido Pepe, más que peregrino, ya vas por cronista del Camino, y con Santiago como compañero de andanzas y salidas, todo sólo puede ir mejor. Gracias por el relato!

Un abrazo

Daniela

Sylvia Reguero dijo...

Creo viendo el" meteo" que no debias haber pasaportado la capa ¿como se te ha ocurrido? veterano...